10 razones para querer a las Tortugas ninja. Parte II

Continuamos enumerando las características y curiosidades de nuestros cuatro héroes verdes:


 

6. Porque Casey Jones es un tarado, pero es nuestro tarado.

Primera aparición de C. Jones

Este alocado y conflictivo personaje es presentado en el primer número especial de la colección dedicado a Raphael en 1985, titulado «Me, Myself and I». Es un justiciero enmascarado completamente violento. La idea parte de parodiar la premisa del origen de este tipo de vigilantes; si Batman surge como respuesta al asesinato de los padres de un joven Bruce Wayne, el motivo de las ansias justicieras de Jones es ver demasiadas series malas de policías, aventureros y justicieros en televisión. En plena era Reagan, con el triunfo de los Action Hero en el cine, este personaje paródico resulta totalmente subversivo.

El desarraigado Casey Jones y el solitario Raphael se conocen mientras ambos patrullan la ciudad buscando criminales. Como se parecen más de lo que pueden reconocer, al principio se enfrentan entre ellos, pero finalmente unen sus fuerzas para ayudar a una persona que está siendo atacada. Desde esa primera aparición, se convertirán en amigos inseparables y Jones encontrará una familia en la que se sentirá integrado: nuestros amigos verdes.

El personaje es una mezcla entre el cachondo Jack Burton que Kurt Russell interpreta en Golpe en la pequeña China y el desquiciado Travis Bickle que Robert De Niro interpreta brillantemente en Taxi Driver (poca broma). 

Arnold «Casey» Jones va armado con bates de béisbol, palos de hockey y golf, y una máscara de hockey para ocultar su identidad. Inicialmente, pensaron que su nombre de guerra o pseudónimo hubiera sido «Hombre Bate» (Bat-Man), para que la parodia hacia los justicieros y superhéroes  fuera completa, pero finalmente Eastman y Laird desecharon la idea.

Casey Jones será un personaje recurrente tanto en cómics como en series de televisión y cine. Un personaje carismático que poco a poco irá rebajando su violencia e inmadurez. Paulatinamente, el personaje dejará de ser la parodia para lo que fue creado y obtendrá una evolución, tanto personal como gráfica, que le convertirá en uno de los secundarios más queridos de toda la serie.

En la película de imagen real estrenada en 1990, Casey Jones será interpretado por el grandísimo Elias Koteas, actor con un asombroso parecido a De Niro en su juventud, cerrando así el círculo referencial del personaje. El mismísimo Capitán América (Chris Evans) pondrá su voz a Jones en la película de animación de 2007, y Stephen Amell (Green Arrow) lo interpretará en la película de 2016.

You talkin’ to me? You talkin’ to me?

7. Porque el opening de la serie de televisión es tremendamente pegadizo.

En televisión, menos siempre es más. En 1987, los responsables de la serie original de televisión de CBS querían una canción pegadiza, breve, directa y cuya letra explicara la personalidad de cada tortuga ninja.

Junto a Dennis Brown, Chuck Lorre, posteriormente showrunner de las series de éxito Dos hombres y medio y Bing Bang Theory (protagonizada también, curiosamente, por cuatro jóvenes inadaptados), compuso en una mañana y grabó en una tarde uno de los openings más conocidos y emblemáticos de la animación televisiva estadounidense.

La canción, titulada «Heroes in a half shell… Turtle Power!», describía a cada tortuga de manera afable y acertada:

«Splinter taught them to be ninja teens (He’s a radical rat!)
Leonardo leads, Donatello does machines (That’s a fact, Jack!)
Raphael is cool but rude (Gimme a break!)
Michaelangelo is a party dude (Party!)»

¡Y vaya si era un fiestero, bien tirada, Chuck! Si no la han oído, búsquenla en internet y disfruten de su primorosa melodía.

Los cuatro hermanos vistos por Dani Peña

8. Porque la línea de figuras de Playmates es de una creatividad enfermiza.

En 1988, la serie de animación de las Tortugas Ninja era un éxito. El siguiente paso lógico era lanzar al mercado las figuras de acción, con las que llevaban tiempo trabajando.

A la hora de desarrollar las figuras basadas en la franquicia, la compañía Playmates (aquí fueron distribuidas por Bandai) optó por mantener el aspecto estético de la serie animada en las figuras principales, pero usando para los rostros de las tortugas los diseños del cómic original (sin pupilas y con gesto de enfado y rabia). La altura de las figuras era la estándar en la época, con la novedad de diseñarlas más anchas, más gruesas. De este modo, las figuras tenían un aspecto novedoso e imponente. Destacaban en las estanterías de las tiendas sobre el resto de juguetes. 

Por si esto no fuera suficiente, para el desarrollo de personajes secundarios optaron por dar rienda suelta a las ideas más locas que sus cerebros pudieron imaginar. Sin prejuicio alguno y con una creatividad desbocada, fueron desfilando por la línea de juguetes una serie de outsiders, parias producto de las más horribles mutaciones, de anatomías imposibles dignas de Lovecraft que, por supuesto, seducirían a cualquiera: murciélagos gigantes acompañados por mosquitos deformes, enormes cucarachas con mirada perdida, camaleones con los ojos inyectados en sangre y dientes apretados, amputados pizzeros mutantes asesinos, lagartos skaters, cubos de apestosa basura con forma humanoide o repugnantes babosas que gritan de terror al mirarse al espejo. La pandilla basura nunca llegó tan lejos.

Algunos ejemplos de sus delirantes diseños

Por si fuera poco, los blísteres estaban diseñados con mimo. El arte de estos blísteres estaba dibujado con una estética underground, casi graffitera, fiel al espíritu del cómic original. Por supuesto, se agotaron en las jugueterías. 

A pesar de lo que pudiera parecer, estos diseños monstruosos no estaban destinados solo a los villanos de la serie. Los personajes positivos tenían los mismos retorcidos diseños. De hecho, el peor mal siempre procedía de grandes corporaciones, de científicos sin escrúpulos que experimentaban sin ética. El bien y el mal no depende del aspecto de una persona, parecen decir estas coloridas figuras de acción. Hay que librarse de los prejuicios que vamos adquiriendo mientras crecemos, evitar al miedo al diferente.

«Desaprender», como decía No Control en aquella vieja canción punk.

9. Porque April O´Neil no es una princesa.

A mediados de los años ochenta, el cómic mainstream más leído era Uncanny X-Men, guionizado por Chris Claremont. Este título presentaba a un grupo de hombres y mujeres mutantes que habían nacido con cualidades extraordinarias y vivían en una escuela donde aprendían a dominar sus poderes. Uno de los motivos de su éxito era la habilidad de Claremont escribiendo los diálogos y el desarrollo psicológico de unos personajes femeninos fuertes, independientes, imperfectos y tridimensionales. Además, el grupo estaba liderado por una mujer negra con aspecto punk. Era un tebeo que gustaba a lectores y lectoras por igual (curiosamente, el título con el que Ediciones Fórum presentó al grupo en el mercado español era mucho más inclusivo: Patrulla X).  

En este contexto, aparece el cómic TMNT. Aunque se suele relacionar a April O´Neil con la versión de la serie animada (reportera, sexy, dama en apuros, con un mono amarillo, etc…), lo cierto es que la April de los cómics es muy diferente. 

La April O´Neil de los cómics es, en sus inicios, un personaje mucho más interesante que su homólogo animado. Universitaria, técnica de laboratorio, sumamente brillante, independiente y sin intereses amorosos que lastren al personaje. Sus creadores la dibujaron como una joven normal, sin sexualizar su cuerpo ni mostrar condescendencia. En su primer encuentro con las tortugas, es ella la que solventa la situación gracias a sus conocimientos informáticos y su actitud resolutiva.

April cuidando de sí misma

Con el tiempo descubriremos que ella es huérfana de madre, tiene una hermana y una sobrina a las que apenas trata y vive en el piso superior de una tienda de antigüedades, antaño regentada por su padre. Ella será el personaje con el que el lector o lectora empatice, se sienta identificado.

En la primera película de imagen real, April (interpretada convincentemente por Judith Hoag) recuperará parte de la personalidad de los cómics, aunque mantendrá su profesión de periodista. En la serie de animación de 2003, April es mucho más fiel a los cómics originales. En la de 2012, el personaje es más joven, una adolescente, pero igualmente con el carácter resolutivo propio de la original.

10. Porque Jim Henson siempre es BIEN.

Se podría pensar que la adaptación fílmica de las Tortugas Ninja lo tendría sencillo y las grandes productoras se rifarían los derechos de los personajes. Lo cierto es que, aunque Batman de Tim Burton había sido un éxito, quedaba demasiado cerca el fracaso de la película de los Masters del Universo. Al fin y al cabo, las adaptaciones de juguetes y series de televisión no habían funcionado muy bien hasta ese momento y TMNT, a pesar de su origen en las viñetas, había triunfado por la serie de TV y los juguetes de Playmates.

Finalmente, fue la productora independiente New Line Cinema la que se encargó de llevar a cabo la adaptación cinematográfica y su distribución. 

Se optó por mantener la trama general del cómic, su aspecto oscuro y el origen de los personajes. La serie de animación aportó las bandanas de colores, la profesión de reportera de April, la afición a la pizza, las batallas no letales, el sentido del humor chorra y la expresión «Cowabunga».

La película contaba con un presupuesto muy ajustado; se contrató a Steve Barron como director. Barron había dirigido los videoclips Billie Jean de Michael Jackson, Take on Me de A-Ha y Money for nothing de Dire Straits, aunque lo más relevante para nuestra historia es que había dirigido varios capítulos de The Storyteller y, a raíz de ello, era muy amigo de Jim Henson.

Esa amistad fue determinante para su contratación en la película. Henson (creador de Barrio Sesámo, Muppet Show, Dentro del laberinto, Cristal Oscuro y la propia The Storyteller) no estaba seguro de su participación en el film; el tono oscuro y violento del cómic no casaba con su trayectoria anterior, no era su estilo. Finalmente, no sin reservas, aceptó.

Jim Henson

Henson diseñó una marioneta completa, manejada por tres titiriteros, para el personaje de Splinter. Para las tortugas diseñó un traje que sería usado por los actores. Había dos tipos de trajes: el primero, muy pesado pero más detallado para los primeros planos y, el segundo, mucho más ligero para las escenas de acción. La parte mas peliaguda y vital para la credibilidad de los disfraces era la cabeza. Se usó una marioneta electrónica para dar expresividad al rostro. Los ojos y la boca eran movidos por control remoto. Revisitada hoy la película, aunque el montaje y la historia son flojos y el desarrollo de los personajes es insuficiente, visualmente, las tortugas han envejecido increíblemente bien.

Más tarde, Henson admitiría que esta producción había sido el mejor y más exigente trabajo de su carrera. Los adelantos técnicos desarrollados en esta película fueron usados en la serie Dinosaurios (1991-94). A pesar de ello, y como se temía, no acabó muy contento con la violencia de la película. Desgraciadamente, esta película fue una de los últimos trabajos de Henson, que murió ese mismo año. La segunda película de las Tortugas Ninja fue dedicada a su memoria.

Créditos iniciales de TMNT2

El largometraje fue un éxito mundial, siendo la película independiente más taquillera de la historia hasta el estreno de La pasión de Cristo de Mel Gibson en 2004.

Lo curioso del film es que, gracias a la fama de la inocente serie de animación, fue visto por la chavalada sin supervisión de los padres. Para estar dirigida a un público infantil, la película, aunque no era especialmente violenta, era muy oscura y totalmente mal hablada (constantemente se escuchan palabras como «joder», «gilipollas», «cojonudo», etc.). En España, fue particularmente deslenguada. Antes comentábamos que la película heredó la expresión «Cowabunga» de la serie de televisión pero, en la versión doblada, esa palabra fue cambiada. Al finalizar la película, las cuatro tortugas discuten sobre qué palabra usar para expresar la alegría por la victoria: ¿Genial? ¿Bestial? ¿Cojonudo? En ese momento, aparece el maestro Splinter, siempre sobrio y parco en palabras, y exclama:

«Siempre me ha hecho mucha gracia la expresión… Cowabunga.»

Aquí, sin embargo, pudimos escuchar:

«Siempre me ha hecho mucha gracia la expresión… DE PUTA MADRE.»

Créanme, les aseguro que nunca he vuelto a ver una sala de cine abarrotada de sonrientes chavales, aplaudiendo con tanta furia y emoción.


 

 

 

 

5 comentarios

  1. Con este post he descubierto el universo completo de las Tortugas Ninja y pienso en cómo de niños conectábamos con estos estereotipos inusuales, cómo existía una identificación emocional (a pesar de no ser humanos) y cómo alegremente accedíamos al descaro y en ocasiones a la desfachatez de manera natural y pasando por alto la clasificación por edad.
    Gracias por desgranarnos tantos datos interesantes sobre el imaginario más verde de la cultura y el entretenimiento.

  2. Fantástica disertación sobre nuestros quelonios favoritos. ¡Y por partida doble!
    Esperemos que el autor prosiga con este fascinante tema y otros y nos regale a los ojos más artículos tan magníficos como este.

Responder a Dani Peña Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*