El curioso encuentro de Bruce Lee con su joven sucesor

De la corta pero proverbial vida del mítico Lee Jun-fan, más conocido como Bruce Lee, se pueden destacar un sinfín de curiosidades, que perfectamente podrían llegar a completar uno de los más extravagantes anecdotarios de la cultura popular. De algunos es sabido que Bruce estaba invitado a la última cena de la actriz Sharon Tate la noche que fue asesinada. O que se sometió a una operación para quitarse las glándulas sudoriparas de las axilas porque odiaba acumular sudor en esa zona. ¡Qué bárbaro!
La lista es tan extensa, que elegir una sola anécdota ha supuesto para un humilde servidor, un trabajo reflexivo bastante amplio. 

Como pasa con todos los astros de todas las disciplinas del mundo, tarde o temprano llega un periodo de tiempo en el que la propia cultura popular traza la necesidad de buscar al poseedor que pueda reflejar la reencarnación de sus habilidades. 
En el baloncesto llevan décadas soñando con el sucesor de Michael Jordan, así como en el boxeo con el de Muhammad Alí. Podríamos centrarnos en cualquier otra disciplina de cualquier otra índole, y siempre habrá una prolongada lista de candidatos en nuestras retinas. En el asunto que nos compete, que no es otro, que el de nombrar a otra estrella de cine marcial que pudiese recoger el testigo de Lee, probablemente, casi todos tenemos en mente al mismo actor. El también oriental Jackie Chan. Aclamado por el gran público como una leyenda viva, y aunque, no sin discusión, reconocido  al menos, como un digno sucesor. 

Bruce Lee y un joven Jackie Chan

Bruce Lee vivía los rodajes de sus películas con una enorme devoción. El mito marcial, solía abordar sus inverosímiles coreografías asumiendo que cada uno de sus golpes suponía ir al límite. Sus riesgos eran tales, que en múltiples ocasiones provocó contusiones en sus oponentes.
Con el paso del tiempo, uno más de sus habituales accidentes acabó teniendo especial trascendencia como anecdotario de la historia del cine de artes marciales.
Durante el rodaje de Operación Dragón. El gran maestro enfrentó a un joven actor llamado Jackie Chan, que unas décadas después se convertiría a la postre, en otra leyenda cinematográfica del mundo marcial. El joven Chan fue golpeado con un palo por el legendario Bruce debido a un error de calculo durante una de las habituales luchas multitudinarias de Bruce Lee contra un número extenso de enemigos. Sólo a la conclusión de la toma, Lee trató de interesarse por la salud del joven Chan y se disculpó con preocupación. -“Jackie, lo siento, lo siento mucho”.
Jackie Chan reconoció años más tarde, que fingió más dolor del que tenía para que Lee estuviese especialmente pendiente de él durante el resto del rodaje. Aunque, no es menos cierto, que Lee aun sabiendo que había golpeado accidentalmente a Chan, no lo socorrió hasta terminar la toma entera. Para Lee, perder una toma suponía un auténtico contratiempo. Jackie Chan, en un gesto de excelente enfoque profesional, continuó también hasta su conclusión. 

De todos es sabido que hay ocasiones en las que ocurren accidentes durante el rodaje de las escenas cinematográficas. En muchas ocasiones se incluyen en el montaje final de las películas. Este tipo de sucesos suele enriquecer el producto final a través de anecdotarios que forman parte del folclore popular con el correspondiente interés del consumidor de cine. En este sentido, la trayectoria de Bruce Lee es extensa, casi tanto como la cantidad de enigmas que rodean su figura casi medio siglo después de su fallecimiento.

Ver aquí la lucha entre las dos leyendas

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