Led Zeppelin, whole lotta food. Parte I

No hace falta ser un experto musical para reconocer que Led Zeppelin es una de las bandas más importantes de la historia de la música. El legado de su obra continúa siendo relevante (véase Greta van Fleet o Rival Sons) y su música sigue cautivando los oídos más exigentes en estos días en los que la falta de autenticidad y honestidad copan la escena musical imperante.

Robert Plant ejemplificó en los 70 el prototipo de cantante de rock “guaperas” con su voz y look que luego tantos otros imitaron (fíjense en las bandas de rock duro y hair metal de los 80). Jimmy Page es quizás el guitarrista más influyente de la historia. John Bonham otro tanto con la batería y John Paul Jones fundamental en el sonido de la banda no solo con su bajo sino también tocando el piano y los teclados en varias canciones. Cuatro músicos únicos.

De izq. a dcha.: Bonham, Plant y Page.

Asimismo, de todos es conocida la relación de la banda inglesa con el bebercio y otras sustancias que contribuyeron a darles una fama que agigantó su leyenda y estatus de rock stars. Sin ánimo de estereotipar, parece ser que la liaban parda en la giras (famosas son sus fiestas en los hoteles) con Page y Bonham a la cabeza en los excesos (no olvidar que este último murió de intoxicación etílica) aunque Plant y Jones se lo tomaban con más tranquilidad.

En todo caso, fue durante los años dorados de 1970 a 1975 cuando la banda dio rienda suelta a sus inhibiciones y esto probablemente contribuyera a una mayor inspiración y creación artística.

Todo esto está muy bien. Pero, ¿qué relación tenían los Led Zep con la comida? ¿Qué alimentos les inspiraron? ¿Qué exigían que hubiera en el camerino de comer cada vez que daban un concierto, a sabiendas de cómo son algunas demandas de muchas estrellas de rock? Lamentablemente a la segunda pregunta tal vez no podamos contestar ya que no contamos con suficiente información contrastada; únicamente que la comida favorita de Jimmy Page es la comida india.

El bueno de Robert zampándose un helado en una pose dudosamente sexy.

Sin embargo, si buceamos en la discografía de la banda, encontramos algunas canciones cuyos títulos hacen referencia a la pitanza, ya sea un plato, un postre, una fruta u otra cosa para llenar el estómago. ¿Nos puede dar esto una idea de lo que estos grandes maestros comían en sus juergas?

A modo de menú, veamos y analicemos en plan gourmet esas canciones, averigüemos de qué hablan realmente, y al mismo tiempo, pensemos en qué podemos comer o beber mientras las escuchamos.

Para abrir apetito, empezamos con ‘Hot dog’, del álbum In through the outdoor (1979). La icónica portada del disco es una fotografía en la que se recrea el bar Old Absinthe House de Londres, lugar donde los miembros se reunían para pimplarse algún espirituoso.

Pues bien, el tema tiene un ritmo rockabilly simple, un piano honky tonk y Page canta a lo Elvis Presley. Puede recordar a esas antiguas canciones de country, incluso tiene un aire western.

Pero la canción no habla de comerse un perrito caliente, sino de perder a alguien que se ha amado y no saber qué hacer después. No hay referencia a ningún hot dog en toda la letra (esto va a ser común a muchas canciones del grupo).

Entonces, ¿por qué ese título? Bueno, una posible interpretación es que a mucha gente le da por comer cuando le sucede algo así y se está de bajón. Un perrito caliente te puede saciar y/o recordar muchas cosas…

Al escucharla, recomendamos obviamente comerse un perrito caliente. Como opciones tenemos bien el típico hot dog neoyorquino, ese que venden en carritos callejeros, con mostaza, Sauerkraut (chucrut), salsa de cebolla y mostaza marrón; o el danés, que lleva cebolla frita, pepinillos, ketchup y mostaza. También está el Currywurst berlinés con patatas fritas. Si no se dispone de esos manjares, cualquier salchicha o embutido dentro de un pan dan el pego. Eso sí, bien acompañado de una buena cerveza.

Auténtico hot dog estilo New York

El segundo plato es ‘Tangerine’, “mandarina”, del álbum III (1970). Gran joya escondida de la banda, ‘Tangerine’ es un tema que comienza con una intro acústica y folk que continúa en la estrofa, hasta que llega el estribillo donde entra la base rítmica acompañada de la nostálgica melodía de un pedal steel guitar, influencia de las bandas californianas de la época.

La letra es simple y melancólica, trata sobre un amor perdido y fue escrita por Page después de una relación frustrada. Al final la canción no resulta ser tan taciturna, sino más bien dulce y amarga. ¿De ahí el nombre, tangerine? ¿O era este el apelativo cariñoso con el que Jimmy se dirigía a su amada?

El gran Jimmy Page devorando una hamburguesa

El caso es que mientras la escuchamos podríamos disfrutar de una simple mandarina, o dos, evocando pasadas primaveras. ¿Quién no recuerda, siendo niño o niña, comerse más de una en la merienda? Esto si la escuchamos entre horas.

Otra opción es agenciarse un pollo o pato a la mandarina (quien dice mandarina dice naranja). Y aunque el esfuerzo en la cocina deba ser mayor, no queremos limitar a nadie en este sentido con los platos sugeridos por lo frugal que pueda ser una sola pieza de fruta.

Por último, y como complemento a la fruta o al plato, nos deleitaríamos con una copita de vino de naranja del Condado de Huelva, que es un vino dulce macerado con cáscara de naranja o mandarina. Placentero como ‘Tangerine’.

1 comentario

  1. Nota a los redactores: Este Chevy Trevor es un talento. Basta ya de tenerlo como becario precario. Deberíais subirle el salario a 2 doblones y 250 maravedís. O darle una multipropiedad en Estigia. Dicho queda.

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