Death: The Sound of Perseverance

El próximo 13 de diciembre se cumplirán dieciocho años de la muerte del genio. Ese fatídico día, Chuck Schuldiner dejó huérfano al género más cañero del metal, a la vez que su grupo y todo su legado se convertían en objeto de culto. Se nos fue uno de los pioneros del metal extremo, un habilidoso guitarrista y un excepcional compositor, y desapareció por ende una banda, por la que pasaron y aportaron su granito de arena enormes músicos, muy reconocidos dentro de un ámbito que, aún hoy, es considerado underground. Destacables, entre otros, serían los nombres de Chris Reifert (fundador y líder de Autopsy) o Gene Hoglan (Dark Angel, Testament, Fear Factory…) en la batería; Steve DiGiorgio (Sadus, Autopsy, Testament, Iced Earth…) o Terry Butler (Massacre, Six Feet Under, Obituary) en el bajo; y James Murphy (Obituary, Testament, Konkhra…) o Andy LaRocque (King Diamond) en la guitarra.

Chris Reifert; Terry Butler; Steve DiGiorgio, Gene Hoglan, Chuck Schuldiner, Ralph Santolla; y James Murphy.

INICIOS Y TRAYECTORIA
Fue en 1986 cuando su primitiva banda Mantas pasó a llamarse Death, y al año siguiente vio la luz su primer disco, Scream bloody gore, que incluía el temazo “Zombie Ritual”. Este es para algunos el nacimiento del death metal, subgénero musical que debería su nombre a este grupo, algo con lo que algunos, entre los que me incluyo, no estamos de acuerdo (véase o, más bien, escúchese el Seven Churches de Possessed, cuyo tema final no se llama sino “Death Metal”). Trivialidades e infecundas discusiones sobre etiquetas aparte, lo que se debe destacar de esta banda es la gran influencia que ha tenido en muchísimos grupos y esto no ha sido capricho del azar, sino que el tiempo ha sabido descubrir y reconocer el enorme talento del señor Schuldiner. No obstante, se le consideró, con toda razón, como uno de los mejores guitarristas y compositores del metal.

Un jovencito Chuck Schuldiner posa con su guitarra, poco antes de fundar Death.

En 1988 y en 1990, aparecieron Leprosy y Spiritual Healing respectivamente. Seguían la misma línea que marcó el primer Lp, un death clásico. Aquí podemos encontrar grandes temas como “Altering the future” o “Pull the plug”, que no faltaría en ningún setlist de la banda. Es a partir de Human (1991), cuando la banda experimenta un pequeño cambio y comienza a tocar de una forma más técnica y virtuosa, hecho que se puede apreciar en joyas como “Flattening of emotions” o la maravillosa instrumental “Cosmic sea”. Este cambio va haciéndose progresivo y, en 1993, sacan un disco algo más técnico que el anterior y con una producción un tanto mejorada, Individual Thought Patterns, donde hallamos piezas formidables como “The philosopher” o “Trapped in a corner”. Ya en Symbolic (1995), con temazos como “Zero tolerance” o “Crystal Mountain”, los interminables solos y la voz de Schuldiner adquiriendo cierta similitud al “quejío” blackmetalero son una constante, consolidada en el último disco de estudio, el acojonante The Sound of Perseverance. Y que no se interprete con esto, que el último es, en mi opinión, su mejor obra. Cuando uno escucha grupos liderados por auténticos genios, es difícil decantarse a la hora de elegir su mejor álbum y, en este caso, puedo afirmar que, de siete discos que editó esta banda, siete son obras maestras.

Centrándonos en el susodicho The Sound of Perseverance, me limitaré a comentar sucintamente tres de las nueve perlas de las que se compone la última obra de Death. En primer lugar, el tema inicial, “Scavenger of human sorrow”, cuyos primeros diez segundos, con un atronador y acelerado bombo y un punteo rápido y conciso, son una auténtica declaración de intenciones. Ya sabes que te espera casi una hora llena de caña y virtuosismo, dos elementos que solo los maestros como Schuldiner han sabido combinar de una forma tan soberbia. La velocidad que alcanzan todos los instrumentos, en ciertos momentos de la canción, ha provocado en múltiples ocasiones que me viera obligado a practicar, en mi época melenuda, un headbanging tan salvaje que aún recuerdo el dolor de cuello y las agujetas surgidas de ese frenético “baile”. El segundo tema que quiero destacar es el titulado “Flesh and the power it holds”. Todos siguen un mismo patrón marcado por una mezcla de dureza y técnica, pero este tiene un solo de guitarra, no muy acelerado y a modo de “cesura”, que me pone la carne de gallina cada vez que lo escucho. Y es el que precede al tema instrumental “Voice of the soul” que es el último que quiero tratar. Es el momento más asequible del Lp, pues hay que restarle la estridencia de la voz de Schuldiner y la rapidez que, sin duda, harían que un inexperto en la materia tildara de ruido infernal y espantoso esta obra de arte. Con un poquito de paciencia, unos oídos no acostumbrados al metal extremo pueden reconocer la belleza de esta composición, aunque no le falte algún riff con una pizca de agresividad.

Portada del disco

Este fue el primer disco de death metal que llegó a mis manos, o, al menos, el primero que despertó en mí el interés por este subgénero metalero. Sin él, me hubiera resultado harto difícil apreciar otros trabajos de bandas como Morbid Angel, Obituary o Bolt Thrower y seguiría juzgando este estilo musical sencillamente como “ruido”.

2 comentarios

  1. Interesantísimo articulo de un magnífico disco. El CD que yo poseo incluía como Bonus Track una versión del Painkiller de Judas Priest, ¿Qué opina usted de semejante homenaje a la banda de Halford y cía?

    • Querido Wilbur, como muy bien has señalado, en este disco se hace una versión del «Painkiller». No es exactamente un bonus track, no aparece solo en algunas ediciones, sino que forma parte del disco original.
      Ciertamente es un homenaje a una de las bandas que influyeron a Schuldiner. Como la gran mayoría de grupos de metal extremo, se inspiró en bandas como Venom o Slayer, pero también era fan de la NWOBHM e incluso de Kiss o Billy Idol. Si quieres una prueba de esto, dale al siguiente link y verás un tema que se incluyó (esta vez sí) como bonus track en la edición remasterizada del vigésimo aniversario de Human:

      https://www.youtube.com/watch?v=LBax7oePHfo

      En cuanto a mi opinión sobre la versión de «Painkiller», te diré que es probablemente el tema que menos me gusta del disco. Creo que está bien ejecutada y que es otro temazo más, pero es como una canción de Rock FM, uno se harta de tenerla hasta en la sopa. Pero es cuestión de gustos.

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